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jueves, 27 de agosto de 2015

JUICIO POR TRATA DE DOS JOVENES DE FLORENCIO VARELA, EL FISCAL PIDIO 16 AÑOS PARA EL PADRE Y 8 PARA EL HIJO


Fecha: 26/08/2015

Se los acusa de haber engañado, en el verano de 2013, a dos menores de Florencio Varela de 15 y 16 años con falsas promesas de trabajo en Pinamar.

(Mar del Plata) Penas de 16 y 8 años de encarcelamiento para Alejandro Daniel Aguirre (57), y Gonzalo Matías Aguirre (35), respectivamente, fueron solicitadas por el fiscal Daniel Adler, en la etapa de alegatos del juicio oral y público por trata de personas con fines de explotación sexual, que se desarrolla en Mar del Plata. Se los acusa de haber engañado, en el verano de 2013, a dos menores de Florencio Varela de 15 y 16 años con falsas promesas de trabajo en Pinamar. Para la tercera imputada, el representante del Ministerio Público Fiscal, pidió la absolución, ya que no se acredita la participación criminal en el hecho.
Adler pidió también el decomiso del Renault Logan que se usó tanto para el traslado de las adolescentes hacia la ciudad balnearia, como para llevarlas a concretar la explotación sexual. También impuso multas de 80 mil y 50 mil pesos, que según lo estipulado por el Código Penal, deben destinarse a programas de asistencia a las víctimas.

Durante su alegato, el fiscal describió al accionar de los acusados como una "pyme familiar con fines criminales, de explotación sexual". A Alejandro Aguirre lo ubicó como "dueño del negocio" y a Gonzalo Matías Aguirre como un colaborador de los hechos "con pleno conocimiento y voluntad".
En lo que respecta a las dos niñas, explicó que "se encontraban a casi 400 kilómetros de su casa, sin dinero y con escasos conocimientos para salir de un lugar donde Alejandro Aguirre tenía efectivo dominio, y además hacía notar sus influencias políticas y su capacidad de dañar".

El pedido de 
absolución
"No sólo se apartó de lo que había dicho en primera instancia, sino que manifestó que su declaración había sido convenida con el abogado de los coimputados", apuntó Adler frente al mismo abogado y con el control de los Aguirre, que escucharon el relato y no confrontaron en ningún momento.
La imputada tiene una hija menor, producto de una violación que sufrió a los 13 años. Su aceptación de viajar a Pinamar habría sido para comprar útiles para la escuela de la niña, porque no tenía empleo. Además, se cree que durmió durante tres días en el mismo lugar que el resto de las víctimas, hasta que pidió volver a su casa.

Cómo ocurrieron 
los hechos
El 18 de enero de 2013, previa autorización de la abuela de las niñas, Alejandro Aguirre fue a Florencio Varela y "les prometió en forma engañosa y aprovechando su situación de vulnerabilidad, trabajo de verano en Pinamar, cuando en realidad el propósito final era explotarlas sexualmente", explicó Adler. Tenían 15 y 16 años, habían quedado huérfanas y al cuidado de sus abuelos, que carecían de ingresos. La más grande había perdido un embarazo reciente.
Durante el viaje, del Conurbano a Pinamar, de acuerdo al testimonio de las víctimas, Aguirre les dijo que debían cambiar sus nombres y decir que eran mayores de edad. Por unos días, trabajaron en un lavadero de autos, limpiando y cuidando niños, hasta que se les dijo que "todo el esfuerzo que hacían trabajando" lo podían ganar en un solo día teniendo sexo con "cuatro abogados limpitos, muy buenas personas". Si no lo hacían, se tenían que ir. "¿A dónde iban a ir esas niñas? Se encontraban a 350 kilómetros de su casa y sin dinero", reflexionó Adler.
Luego de una discusión entre Alejandro Aguirre y su hijo menor -quien convivía en un mismo departamento con las víctimas- las chicas pudieron huir. Tras escapar, bolsos en mano, un policía les dijo que acudieran a la comisaría, donde comenzó la investigación del caso.
El segundo hecho por el cual se juzga a los Aguirre tiene fecha 1° de febrero de 2013 cuando Matías Aguirre, siguiendo indicaciones de su padre, compró dos pasajes desde Florencio Varela a Pinamar a nombre de la tercera imputada y otra menor. Se les proponía tareas de limpieza por un sueldo de 4 mil pesos.
Ambas fueron recibidas y alojadas en el mismo departamento donde estaban las jóvenes. Allí, luego de negarse a vestirse "de puta para estar con diez bolivianos", Matías Aguirre le compró un pasaje de regreso a Florencio Varela. Tres días después, lo mismo hizo con la coimputada.

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